El comentario va precedido por una colección de testimonios que muestran la pregunta, la esperanza y las dificultades que nos constituyen como seres humanos y a los que responde la oferta creyente, de modo que no cabe decir que la fe sea una colección de respuestas a preguntas inexistentes. Cierra el libro una serie de paráfrasis y de apéndices: las primeras buscan nuevas formas más inteligibles y más actuales de formular lo mismo que los credos quieren decir; los segundos ofrecen algunas reflexiones sobre los presupuestos y los funcionamientos del acto y de la actitud creyente, como contribución al llamado “año de la fe”.
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